Esta entrada la escribo para contarles como hemos aprendido la importancia de mirar el parte antes de salir!!!

Decidimos hacer una no muy larga caminata hasta la base del glaciar  “Les Bessons”, sabíamos que venía lluvia pero todavía había sol así que nos pusimos a caminar. Llegamos primero a la cascada “Du Dard”, bastante alta y se veía desde una casita llena de flores y un puentecito de madera que pasaba por encima del río.

Seguimos y el camino al ratito se bifurca, había noquee en media hora te llevaba hasta la base del glaciar y otro de unas 3 horas hasta la parte alta, fue entonces cuando decidimos subir a “Les Glaciers”. La primera hora y media de camino era a través de los pinos, según subíamos lo espinos iban desapareciendo y apareciendo vegetación más bajita hasta que a las dos horas y algo ya eran todo prados que es la zona antes de la nieve (a todo esto el camino era estrechito, con piedras y un desnivel bastante importante). Seguimos subiendo y ya superamos la altura del teleférico de “Aiguille du Midi”, estábamos a unos 2200 m, esto quiere decir que  en unos 5 km subimos casi 1200 m!!! ¡Imagínense la cuesta! Llegamos arriba y de nuevo el espectáculo era enorme!! Estábamos al lado de la parte alta del glaciar, había unos trozos de hielo increíbles y salían cascadas de agua de varios sitios que hacían un montón de ruido.

 

 

En medio del disfrute se nos ocurrió mirar hacia el valle…. y— ¿¿Qué había??…. ¡¡ Una enorme nube negra!! Empezamos a bajar bastante ligeritos para llegar abajo antes de la lluvia… o eso pensábamos, por que 15 minutos después (ya estábamos llegando a la zona de árboles) empezaron los rayos y truenos y de repente una lluvia tan increíblemente fuerte que todo el camino se convirtió en río! y mejor no hablar de nuestra ropa/mochila/zapatillas… corrimos como pudimos pero nos quedaba aún una hora de bajada… llegamos al camping chorreando y pensábamos que por fin nos cambiaríamos y todo séquito pero … ¡¡¡ Sorpresa!!! ¡La caseta se cala! y en medio de nuestra cama hay un gran charco. Vamos a hablar con el dueño del camping y nos deja un toldo, cubrimos la caseta y nos guarda el edredón mojado en el cuarto de la caldera junto con los zapatos. Menos mal que vimos que se calaba a las 2 de la tarde  y dio tiempo a que se secara nuestra cama por que por la noche hubo otra tormenta muy muy fuerte, ¡ Parecía que nos baldeaban la caseta!

 

 

Al día siguiente todo estaba metido en la niebla y seguía lloviendo … Ha sido hoy cuando de nuevo ha salido el sol pero por la tarde dan de nuevo lluvia y por tanto nuestro paseo de hoy ha sido más corto. ¡¡Por si las moscas!!