Al mal tiempo buen cara. Como viví la CCC. Ultra Trail Mont Blanc
Cuando vuelves a un sitio en el que ya has estado hace tiempo siempre te viene recuerdos de cómo fue la última vez. Chamonix vuelve a ser una fiesta, la fiesta del corredor, miles de personas llevan meses preparando esta semana e imaginándose como será cruzar la línea de meta, la meta de la carrera pero también su meta personal.
Esta vez estoy mucho más tranquilo, saber el camino que voy a correr da confianza, sé a lo que me enfrento y no me siento tan perdido como el año pasado.
Nuestro apartamento es pequeño, pero sus vistas al Mont Blanc son preciosas.
Lo compartimos con Uco, Dara y Carla. Estamos a 5 días para empezar nuestras carreras y aprovechamos para hacer un par de entremos por la zona e ir familiarizándonos con el terreno. El primer entrenamiento lo hago con Mei, subimos camino de La Flegere haciendo así el último tramo de la carrera. A mitad de camino está La Floria, una bonita casa-cafetería llena de flores y con unas vistas espectaculares. No llegamos hasta arriba por que no queremos cargar mucho las piernas, pero empezamos a habituarnos un poco al terreno de aquí lleno de raíces, ríos y tremendo desnivel. Al día siguiente el entreno lo hago con Uco, decidimos subir por un camino que lleva hasta muy cerca del glaciar Les Bossons. Yo ya conocía el camino pero la inmensidad del glaciar te sorprende cada vez que subes.
Nuestra primera corredora es Carla, en la mini-OCC… ¡nuevo fichaje para el equipo!
Felicidades campeona. 😉
El jueves, día 28, Uco, Dara, Carla y yo seremos el “equipo de asistencia” de Mei en la OCC (53 Km). Veo entonces la carrera desde un punto de vista muy diferente… la espera… la duda de no saber durante horas si estará bien…
¡Esto también es una carrera y más difícil de lo que pensaba! Mei va bien, aguanta, pero en el último punto en el que la vemos antes de llegar a meta (le quedan 18 Km) sus ánimos no están en el mejor momento y como se ha ido un poco flojilla decido subir al último pico que tiene que hacer para que durante la bajada hasta el pueblo se distraiga aunque llegó a la meta con una sonrisa de oreja a oreja 🙂 Esto fueron 16 Km la noche antes de mi carrera…
Me levanto al día siguiente y me siento con las piernas un poco cargadas y eso que todavía no hemos empezado… 🙁
Cogemos la guagua y llegamos un ratín antes de la salida a Courmayeur. La salida de esta carrera va por tandas, por que hay tantos corredores que tienen que dividirlos y me toca en un grupo diferente al de Uco ¡Qué pena! pero bueno, me da un fuerte abrazo y nos deseamos suerte ¡Ahora empieza de verdad la aventura!
Antes de la salida hay un breve “briefing” en el que te informan de las cosas importantes sobre todo respecto a la meteorología…hoy el discurso no es nada alentador… a pesar de que ahora hace bueno nos dicen que a partir de la tarde empezará a llover y habrá mucha niebla. Habrá que usar los dos frontales para una mejor visibilidad… buf… esto cambia un poco mi vivencia comparado al sol radiante del año pasado… y me pone nervioso, mis articulaciones no toleran bien la humedad y el frío.
Por fin,como en toda carrera, empieza la cuenta atrás, me invade el nerviosismo que siento en cada carrera 3,2,1….. en este momento lo que se me pasa por la cabeza es todo lo que he pasado hasta llegar aquí, sufrimiento, disfrute… todos los sentimientos afloran y cada vez que me encuentro cerca de mi objetivo, me vienen esos recuerdos que me hacen ser más fuerte y poder seguir luchando por lo que quiero y lo que me gusta.
Salimos, la carrera avanza por el pueblo y poco a poco empezamos a subir por una carretera de asfalto hasta llegar a una entrada de tierra, el principio del “viaje” hasta nuestra meta, ahora todos tenemos el mismo objetivo.Intenté colocarme en una buena posición, pero era imposible, ¡demasiada gente luchando por esa buena posición! poco a poco iba adelantando a gente y empiezo a subir. Me encuentro bien, ¡¡tengo ganas y fuerza de sobra para conseguirlo!!
La subida parece que nunca termina, Tête de la Tronche a 2584m se hace de rogar… pero llego. Una vez arriba paso el primer punto de control,y me siento contento de haber superado el primer obstáculo el primer obstáculo,ahora una pequeña bajada hasta el avituallamiento donde me paro a estirar un poco porque ya la rodilla estaba empezando a dar problemas.
Recargo las botellas de agua y como algo. Comido y bebido visualizo el siguiente punto, Refuge Bertone, y me pongo en marcha.No puedo evitar pensar constantemente en la lluvia que han dicho que se acerca y de como esto podría afectarme. Un rato después, justo antes de llegar al Refuge de Bertone me caen las primeras gotitas, solo fueron un par de ellas pero el rabillo del ojo mira constantemente la trayectoria de las nubes…y si…¡¡venían hacia mi!!
Me toca ahora la gran subida a Gran Col Ferret, muy pronunciada…¡pero este tampoco es obstáculo! llego arriba y me “dejo caer” los 23 Km de cuesta abajo hasta La Fouly que será el último avituallamiento antes de llegar a Champex-Lac, punto de asistencia donde Meiga me espera.
Estoy a unos 7 Km de Champex-Lac cuando empieza a llover de verdad, cae agua sin darnos un respiro 🙁primero pienso que es pasajero, que seguro que era una nubecilla pero …. ay… ¡que equivocado estaba! .Me paro y saco de la mochila el chubasquero y los pantalones impermeables, me pongo todo y cada vez llueve más fuerte… me empiezo a plantear que hacer, si llegaré hasta el final. Las zapatillas se me empapan y me siento incómodo, la ilusión se esfuma… me pregunto cómo puede ser que el tiempo estropee lo que llevo tantos meses preparando!!!! son cosas que pasan… no podemos controlarlo… y me siento enfadado.
Llego a Champex-Lac, dentro del avituallamiento veo a Meiga con Carla que me tienen todo preparado. Ropa seca, comida,y mis otras playeras más resistentes al agua y al frío. ¡Qué gusto meter los pies en zapatillas secas! 🙂 Le empecé a decir a mei que no sabía si dejarlo, al fin y al cabo esto para mi es un disfrute y si se convierte en sufrimiento ya no merece la pena. Al final decidí intentarlo un tramo más hasta el siguiente avituallamiento, Trient.
El agua no da descanso, llueve sin parar y desde lo alto de la montaña distingo las luces en el valle de Martigny, lo reconozco por que pasé el día anterior en coche haciendo la asistencia de Mei y sé que me estoy acercando a Trient. Me siento bien, mi ánimo ha mejorado y voy todo lo cómodo que se puede ir. Llego a Trient mejor de lo que pensaba ¡esto ya está casi hecho! Vi de nuevo a Mei, que al verme bien también se relajó y me dijo que si no me importaba me esperaba directamente en la meta para poder descansar un poco. Estaba muy cansada de correr el día anterior y ya era bastante tarde.
El único avituallamiento que quedaba antes de la meta era Vallorcine, punto crítico donde un montón de gente abandona… pero yo me sentía con fuerza e iba a llegar hasta el final. Así que quedé en llamarla cuando me quedaran 8 Km para la meta.
Salgo de nuevo y el camino se las trae…más que camino parece un campo lleno de barro en el que se enterraban los pies hasta los tobillos. Cómodo lo que se dice cómodo no era y correr tampoco era sencillo pero yo ¡¡voy a llegar!!
Llego a la Flegere y es de noche todavía, eso quiere decir que lo he hecho más rápido que el año pasado. Me quedan 8 Km para la meta y bajando empiezo a distinguir las luces de Chamonix. ¡¡¡Bien, biennnnn!!! me digo a mi mismo, al final uno siempre puede y me echo a correr montaña abajo adelantando a un montón de gente.
Llamo de nuevo a Mei, me da miedo que se haya dormido, pero ella me dice que a está esperándome en la meta junto con Uco (que llegó bastante antes). Entro en el pueblo y ahí están, la lluvia ha parado un momento para poder disfrutar de mi entrada en meta, mi minuto de gloria. Me emociona llegar, me emociona ver que a las 6 de la mañana hay gente en la calle que aplaude y me emociona ver ahí a Uco y a Meiga. ¡Si señor! ¡Lo conseguí! 21horas 14 minutos y 41 segundos tardé en atravesar ese maravilloso arco de meta y alcanzar una vez más mi meta personal. eso si, sacarle “la buena cara al mal tiempo” ¡¡¡no fue naaada fácil!!!!